Preguntas Frecuentes de Neurocirugía Pediátrica

Los neurocirujanos pediátricos se ocupan del tratamiento y manejo de los trastornos del sistema nervioso, deformidades en la cabeza y la médula espinal en niños. También pueden diagnosticar y tratar las siguientes condiciones.

• Alteraciones de la marcha o espasticidad
• Lesiones de nacimiento que involucran debilidad de brazos y piernas.
• Problemas y lesiones del cerebro, la columna vertebral o los nervios

Los neurocirujanos pediátricos son doctores en medicina que han realizado:

• Por lo menos 4 años de estudios en la escuela de medicina
• Un año de internado quirúrgico
• Cinco años o más de adiestramiento como residente en cirugía neurológica
• Adiestramiento adicional en neurocirugía pediátrica
• Certificación por el consejo de Neurocirugía y Neurocirugía Pediátrica de cada país
• Los neurocirujanos pediátricos tratan a niños desde el nacimiento hasta los años de la adolescencia. Escogieron a la pediatría como el foco de su práctica médica, y aprendieron la naturaleza singular de la atención médica y quirúrgica para niños a través de un entrenamiento avanzado y de la experiencia en la práctica médica.

Los síntomas de los trastornos del sistema nervioso en niños pueden variar. Diferentes trastornos pueden causar diferentes síntomas, algunos de ellos pueden incluir:

• Rigidez muscular, temblores o convulsiones
• Falta de coordinación
• Desarrollo retrasado
• Aumento o falta de crecimiento en el tamaño de la cabeza
• Cambios en el nivel de conciencia o estado de ánimo
• Cambios en la actividad, reflejos o movimientos
• Pérdida de masa muscular y dificultad para hablar
• Dolores de cabeza persistentes o severos, pérdida de sensibilidad

El sistema nervioso es una red altamente compleja y especializada en el cuerpo, principalmente en las etapas de desarrollo de los niños. Los problemas que afectan al sistema nervioso dependen de qué parte del mismo esté involucrada y qué esté causando el problema. Algunas condiciones, lesiones o enfermedades que pueden causar problemas en el sistema nervioso son:

• Suministro de sangre o trastornos vasculares
• Trauma
• Lesiones en la cabeza y la médula espinal
• Degeneración
• Problemas de salud mental, como depresión, psicosis y trastornos de ansiedad.
• Trastornos del sistema inmunológico
• Tumores
• Defectos estructurales
• Infecciones
• Interrupción del flujo sanguíneo
• Problemas genéticos o metabólicos congénitos
• Exposiciones tóxicas o efectos directos de la exposición a fármacos

El diagnóstico de epilepsia generalmente se realiza si un niño sufre convulsiones más de una vez sin una razón identificable como una lesión o fiebre. Los niños que experimentan convulsiones no provocadas sin ningún diagnóstico conocido de epilepsia deben buscar atención médica inmediata seguida de una visita a su pediatra de atención primaria poco después.

El proceso de diagnóstico en cada niño variará, pero los pasos principales generalmente incluyen:

• El diagnóstico comienza haciendo preguntas sobre el historial médico, que también pueden incluir preguntas sobre el parto y el embarazo de la madre y los síntomas.
• Los padres del niño deben dar un informe detallado de la incautación.
• Exámenes físicos para evaluar el estado cardíaco, neurológico y mental
• Exámenes de sangre para detectar cualquier enfermedad importante u otras posibles causas
• Tomografía axial computarizada o tomografía computarizada para identificar si una lesión o enfermedad neurológica aguda ha provocado la convulsión.
• Electroencefalograma para evaluar el riesgo de recurrencia de convulsiones
  Imagen de resonancia magnética

La epilepsia es una condición compleja y su tratamiento generalmente comienza con medicamentos. Muchos medicamentos para la prevención de las convulsiones están disponibles para tratar los síntomas de la epilepsia al reducir la frecuencia de las convulsiones. Sin embargo, estos medicamentos no cambian la susceptibilidad subyacente del cerebro para producir convulsiones.

Dichos medicamentos funcionan de manera efectiva solo después de que alcanzan un cierto nivel en el cuerpo y ese nivel debe mantenerse. Si los medicamentos no funcionan, otras opciones que se pueden considerar incluyen:

• Cirugía cerebral
• Dispositivos médicos para prevenir y controlar las convulsiones
• Terapias dietéticas